Reunión de curso…..

Hace un par de días, nos encontramos con un grupo de excompañeras de liceo.
Hace un par de años venimos reecontrándonos y compartiendo conversaciones para saber en qué estamos, cómo hemos hecho nuestras vidas, cómo pensamos el futuro.
Esta vez, aparte de recordar las típicas anécdotas y a las profesoras y tal vez influidas por la contingencia nos pusimos a hablar del liceo y nuestra formación, inevitablemente comparándola con la educación de nuestros hijos y con lo que les pasa a los niños y jóvenes hoy día.
Nosotras estudiamos en un Liceo con número, que hoy tiene un nombre, pero en nuestros tiempos tenía solo el número. En el barrio, la mayoría de nosotras vivía en las cercanías.
Recordamos como éramos, veníamos de familias muy diversas, algunas éramos hijas de profesionales, otras de técnicos, otras de obreros. La mayoría teníamos madres dueñas de casa. Algunas tenían uno que otro lujo en casa, auto, teléfono y televisión. Algunas incluso con otro lujos un poco mayores, viajes en avión y vacaciones.
Lo común que teníamos es que nuestras familias valoraban mucho los estudios, otra cosa que nos hace especiales es que somos de una generación de mujeres que probablemente somos de aquella en que ya las mujeres se educaban en el liceo para continuar los estudios y pensar en tener profesiones diversas, sin que eso fuera excepcional.
Pero ,a la vez nos acordamos que fuimos de la primera generación de la Reforma Educacional del Gobierno de Eduardo Frei Montalva, el primer Séptimo Básico y el primer Cuarto Medio.
Pero, de lo que más nos acordamos, o por lo menos lo que concluimos después de los recuerdos es que nuestra educación se marcó por varias cosas.
Éramos diversas, convivimos con esa diversidad y hoy seguimos siéndolo y eso ha sido parte de nuestra riqueza.
Nuestra educación tuvo mucho de contacto con la realidad, salidas a terreno, investigación, experimentación, diferentes espacios, lo que nos hizo fácil salir del liceo e incorporarnos en distintos espacios.
Nos formaron para desarrollar distintas habilidades, la música, la pintura, la literatura, el teatro, el deporte.
Una mayoría de nosotras estudió en la universidad y hemos desarrollado carreras exitosas, otras se formaron profesionalmente en otros ámbitos y también se han destacado en ello.
Pero la última conclusión, al final de la tarde y cuando ya cerrábamos la conversación, nuestro análisis llegó a que fuimos educadas porque había un país se había puesto como misión entregarnos esa educación y al término de esa educación sentimos que debíamos retribuir lo que habíamos recibido y ésa es la manera en que hemos desarrollado nuestros trabajos, cada una desde su espacio y su especialidad, la medicina, el arte, la enseñanza, los servicios, tenemos la convicción que cumplimos un rol que es importante para los otros.
Y mi pregunta, para seguir pensando después de esta conversación fue:
Cuando lo niños y jóvenes reciben una educación de acuerdo a cuanto pagan para ello y cada uno “se las arregla como puede”, cuando obtengo según es lo que pago, cuando no interesa lo que le pasa a los otros, que tal vez ni siquiera conozco (de uno y otro lado), cuando el estímulo es a competir con las herramientas que sean necesarias para llegar primero ….
¿Qué es lo que esperamos cosechar?
¿Querrán encontrarse después de tantos años los compañeros de liceo como nosotras?
¿Podrán reconocerse y ver cuántas cosas en común tienen?
Yo, todavía espero que tengan esa oportunidad y por eso pongo algunos de estos temas para pensar……

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