¿Por qué es tan importante la lectura?
La lectura, su importancia y necesidad, es un tema permanente de discusión, análisis, programas, campañas, propuestas y, finalmente, de preocupación a todo nivel.
Pero ¿tenemos claridad del por qué tanta preocupación? ¿sabemos de verdad por qué tanta atención en torno al tema? ¿entendemos la importancia de realizar acciones concretas para mejorar el tema por qué tantas iniciativas desplegadas?
La importancia de la lectura es fundamental en la formación de las personas, en eso todos y todas estamos de acuerdo. Pero ¿estamos de acuerdo en lo que significa leer y en lo que la lectura promueve?
No necesariamente, tenemos la sensación que todos comprendemos lo mismo pero no es tan claro que sea así.
Entonces si empezamos por ponernos de acuerdo en algunas cosas tenemos que actualizar y refrescar algunos conceptos.
En primer lugar pongámonos de acuerdo acerca de dos cosas fundamentales:
¿qué es leer? y ¿por qué es importante leer?
Leer no es solamente ponerle sonido a las letras.
Hacer eso es realizar solamente un acto mecánico y la lectura es mucho más que eso.
En definitiva, se lee sólo cuando se comprende.
Por otra parte, la importancia de leer radica en que, cuando los niños se apropian de la lectura, están haciendo suya la herramienta fundamental para el desarrollo de sus procesos cognitivos y también para su crecimiento personal.
Tan importante es, entonces, introducir a los niños en el mundo de las letras. Sin duda este es el compromiso más importante que tenemos los docentes en nuestra tarea educativa.
Sólo desde el punto de vista del desarrollo cerebral, debemos considerar que el aprendizaje de la lectura mejora las respuestas cerebrales.
Podemos señalar por lo menos tres formas diferentes.
En primer lugar, fomenta la organización de las cortezas visuales, esto significa el desarrollo de la parte del cerebro que recibe y procesa impulsos que se producen en los nervios ópticos.
Por otra parte, la lectura permite que el trabajo de la zona del hemisferio izquierdo dedicada al lenguaje oral se active, al observar frases escritas y de esta manera se puede asimilar al lenguaje, que es la forma de comunicación más evolucionada de la especie humana.
Por último, desarrollar la capacidad para leer influye en el procesamiento del lenguaje oral a través de la mejora de una región fonológica del cerebro.
Tan importante es la influencia de la lectura en el desarrollo cerebral, es que se han hecho estudios que finalmente han demostrado que los cerebros de personas que leen tienen una estructura distinta a la de los analfabetos.
Las preguntas que necesariamente debemos hacernos los docentes frente a esto es ¿cuánto hacemos para que los alumnos lean? Y ¿qué ocurre, a todo nivel, con aquellos que no lo logran?
Alfabetizar
Enseñar Lenguaje tiene dos aspectos muy diferenciados:
• Se aprende lenguaje, esto es practicar el hablar, el escuchar, leer y escribir. Esto quiere decir que se aprende utilizar la herramienta del lenguaje en todas sus formas.
• Pero también se aprende sobre el lenguaje, esto corresponde al aprendizaje de todos los contenidos lingüísticos: gramática, ortografía, redacción, literatura, etc.
Pero, lo básico es tener conciencia que: el lenguaje se aprende en prácticas prolongadas, a lo largo de la vida, repitiendo muchas veces situaciones similares, en distintos contextos, con distintos propósitos.
Hoy se utiliza el término alfabetizar cuando se refiere a la enseñanza y el aprendizaje de la lectura.
Alfabetizar, en este contexto, significa hacer de la lectura y la escritura herramientas de información plena, esto significa utilizarlas para expresarse, para manifestar necesidades, para salvaguardar la memoria, para transmitir ideas y pensamientos propios y de otros, para reflexionar y teorizar.
Las prácticas de lenguaje se aprenden mientras se ejercitan, en la medida que se habla, escucha, lee y escribe.
El desarrollo tecnológico ha transformado la manera de practicar la lectura y estas nuevas maneras también deben incorporarse a la enseñanza y aprendizaje de la lectura en la escuela., la lectura en otros soportes que no son el papel, los hipertextos, los nuevos lenguajes, la imágenes, etc.
¿Quiénes son los responsables de enseñar lenguaje?
Bajo este enfoque, donde el lenguaje es donde “ se practica y usa el lenguaje” la enseñanza y el aprendizaje del la lengua se hace a través de la práctica de escuchar, leer y escribir, ésta práctica debe ser una responsabilidad compartida por todos los miembros de la comunidad educativa.
Esto constituye una innovación en el enfoque de la enseñanza del lenguaje.
Se aprende a través de todas las situaciones comunicativas, por lo tanto no es algo que se enseñe y aprenda en el sector de aprendizaje de Lenguaje y Comunicación. Esto significa que las situaciones comunicativas en otros subsectores pueden incorporar intencionalidades específicas para el desarrollo de habilidades específicas relacionadas con las distintas formas de utilizar el lenguaje.
Por lo tanto esta tarea es una responsabilidad compartida en la cual todos deben participar y que responde también a una visión integral de la educación.
¿ Cómo se aprende a leer?
Los escolares para aprender a descifrar el lenguaje escrito deben haber desarrollado antes do procesos cognitivos fundamentales: la conciencia fonológica y la conciencia alfabética.
La investigación sobre el tema muestra que para apropiarse del lenguaje escrito, los niños deben poner en acción estos procesos en interacción con los textos que se encuentran en su entorno. Visto de esta manera, enseñar a leer, desde el punto de vista psicológico significa ayudar a los niños a activar los dos procesos antes señalados, junto con esto orientándolo para que motinoree su propio aprendizaje y autocorrija sus dificultades.
De esta manera, el concepto tradicional de enseñar a leer se modifica, hoy se habla de “alfabetización emergente” que es un proceso en el cual el niño es el actor principal.
De esta manera, y en relación a la diversidad de orígenes socioculturales, en un mismo grupo de niños, aplicándoles las mismas metodologías, existe una gran disparidad en el aprendizaje de la lectura.
En algunos niños, si han tenido más contacto con los textos de diferentes maneras, si contaron con apoyos o “mediaciones” para apropiarse de ellos, los procesos cognitivos de conciencia fonológica y conciencia alfabética ya vienen desarrollados, lo que los hace iniciar la carrera escolar aventajados; en cambio otros deben recién comenzar la caminata al ingresar a la vida escolar.
Otra vez aquí, la tarea de los docentes es fundamental.
Lograr que ambos grupos de niños vayan acercándose en el ritmo con el que recorren la trayectoria de su escolaridad, porque de lo contrario aquellas ventajas iniciales aumentarán con el transcurrir de los años y ocurrirá la conocida “profecía autocumplida” en la cual los alumnos exitosos solo acumulan éxitos y los otros solo fracasos.
Según Jesús Alegría, de la Universidad Libre de Bruselas, «la diferencia fundamental que distingue al que sabe leer del que no, es la capacidad de atribuir un sentido preciso a cada una de las palabras escritas». El niño que no sabe leer «no entiende»; en cambio, el que ya sabe, «sí entiende» el significado de los signos ortográficos. Para atribuir este sentido tienen que «hacer hablar» las palabras escritas, lo que constituye un proceso psicolingüístico con un alto componente fonémico y semántico. Para que las palabras escritas «hablen», deben ser integradas a la corriente sonora del lenguaje oral, lo que implica desarrollar un léxico y una adecuada pronunciación de todos los fonemas, proceso indispensable para identificar las letras.
La decodificación fonémica es un motor cognitivo que activa el significado léxico. En consecuencia, el concepto de lectura emergente implica no solamente el aprendizaje lector convencional, sino el desarrollo previo de los procesos mentales que son necesarios para ese aprendizaje. Ellos empiezan a desarrollarse en el jardín infantil mediante actividades psicolingüísticas y juegos verbales.
En nuestro sistema escolar, las insuficiencias en el rendimiento lector de muchos niños de escuelas municipales parecen radicar principalmente en deficiencias en la educación preescolar. Una investigación Fondecyt efectuó un seguimiento a cuatrocientos niños que ingresaron a primer año en escuelas municipales y que habían cursado Kindergarten. El estudio mostró que solamente el 28% de ellos reunía las condiciones cognitivas y psicolingüísticas para iniciar con éxito el aprendizaje del lenguaje escrito. Las deficiencias en el rendimiento de la lectura de los niños se mantuvieron hasta fines del cuarto año. En otras palabras, el grupo que había desarrollado las habilidades necesarias en el Kindergarten tuvo un rendimiento superior durante todo el primer ciclo básico. Lo inverso sucedió con los que no tenían un umbral lector adecuado. Esta investigación mostró la importancia que tienen algunos procesos predictores de la lectura al momento de ingresar al primer año.
Decodificar, comprender, crecer
Otras investigaciones de seguimiento han mostrado que el dominio del lenguaje escrito en los primeros años básicos es clave para todo el aprendizaje escolar hasta octavo año, incidiendo también en la promoción y repetición de cursos.3 En otras palabras, la lectura inicial no sólo implica aprender a decodificar, sino que es un proceso cognitivo y verbal que se prolonga, y que determina fuertemente todo el rendimiento escolar.
Aprender a leer no implica solamente destrezas de decodificación, sino un desarrollo mental que debe continuarse con la lectura comprensiva. Este desarrollo permite la creación de un léxico verbal del lenguaje escrito, la habilidad de efectuar inferencias sobre el significado de las palabras y oraciones del texto, la capacidad de abstracción de semejanzas y diferencias entre los conceptos y de categorización de ellos en estructuras cognitivas. Todos esos procesos son determinantes para el buen uso de las lecturas escolares y para desarrollar redes semánticas que son indispensables para una buena cultura personal.